Desconcertado

Huracán cayó ante Unión en Santa Fe por la mínima diferencia y comenzó el campeonato de Primera División con el pie izquierdo. El Globo jugó mal, evocó viejos errores y padeció de mala fortuna: un combo de fallas en simultáneo desembocó en el gol tatengue. Tras el partido, Néstor Apuzzo presionó por el recambio: «Espero que me traigan a Patito Rodríguez».

Foto: www.lacapital.com.ar

Unión pecó de bondadoso y dio señales durante todo el primer tiempo. Huracán, te vamos a atacar por las bandas. Casi medio centenar de centros (47) cayó sobre el área del equipo de Apuzzo a lo largo del partido. El DT quemero pudo resolver parcialmente tal realidad; a poco de empezar, movió a Torassa a la izquierda para reducir las embestidas que llegaban desde esa zona al por mayor. Pero el local mostró versatilidad ofensiva y en los pies de Malcorra encontró profundidad también por derecha. Echeverría y Domínguez terminaron con chichones en la cabeza de tanto despejar aéreos.

En el segundo tiempo, los patrones de la primera mitad se acentuaron. Huracán jamás pudo hacerse compacto, abusó del pelotazo y perdió definitivamente el orden. La ausencia presente de Toranzo y Romero Gamarra se tradujo en un Ábila solitario que nada pudo hacer ante la línea de fondo santafecina. El doble 5 se perdió en el círculo central. Y antes de llegar a la media hora, fallaron los que aún no lo habían hecho, los defensores. Los de arriba no presionaron la salida, Nervo cedió todo la banda al volante rival, Vismara rechazó hacia el arco propio y Balbi asistió al delantero de Unión. Semejante recital de desaciertos no podía ser perdonado.

El cuarto de hora final militó para la gran preocupación que el hincha tuvo y tiene desde que abrió (y cerró) el mercado de pases. En el banco, no había alternativas que pudieran sumarle volumen de juego al equipo: un arquero, dos marcadores -central y lateral-, tres volantes centrales -de contención más que de creación- y un centrodelantero. Los ingresos de Borghello y Moreno y Fabianesi no trazaron color alguno sobre la imagen gris que el Globo dejó en Santa Fe en su regreso a Primera.

La goleada a Alianza Lima parece lejana y hasta discurre en un paralelismo con el arranque del semestre pasado, en el que el triunfo ante Temperley en el Ducó dejó la vara muy alta para lo que vino después. Por supuesto, tropezón no es caída, pero para no penar en este año repleto de oportunidades de alegría, Huracán deberá atarse bien los cordones y aprovechar estos, los primeros momentos de la competencia más larga que tendrá, para prevenir mayores golpes.


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