Un plantel a enderezar

El plantel de Huracán no estuvo a la altura de uno de los semestres más importantes en la historia de la institución. Las falencias en el armado, la inferioridad física, la escasez de inteligencia para manejar los partidos y la irregularidad, fueron factores determinantes en una primera mitad de año que dejó un saldo negativo.

Enero de 2015. Un mes bisagra en la historia de Huracán. La posibilidad de resurgir latente, de reincluirse en la elite del fútbol argentino. El club en Primera División, disputando competencias internacionales, y haciéndolo con un plantel que, aún con todas sus limitaciones, ya tenía un título bajo el brazo.

Para no dejar pasar la chance, había que cumplir con un listado de exigencias: mantener la base, incorporarle jerarquía, y realizar una buena pretemporada con la preparación física adecuada.

Sin embargo, la mayoría de estos requisitos fueron los principales defectos de Huracán en la primera mitad del año. No se apuntó a cuatro refuerzos de nivel, se optó por contratar a nueve, de los cuales solo tres estuvieron a la altura. Jugadores del ascenso, e incluso sin lugar en sus respectivos clubes, sellaron su vínculo con el club y fueron protagonistas de éste momento histórico. También llegaron otros faltos de continuidad, y casos como Montenegro y Puch, sobre el final del mercado de pases y sin pretemporada. Lo positivo, claro, estuvo en los arribos de Nervo y Balbi.

El detalle del primer semestre de los refuerzos…

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Otro de los ítems a cumplir era la preparación física. Y éste fue el aspecto donde más ventajas cedió el equipo. En esta condición, fue inferior a todos sus rivales. Sufrió un extenso listado de lesionados y perdió jugadores titulares en momentos claves. El equipo, en relación a la falta de forma, recibió el 61% de los goles en los segundos tiempos. Por otro lado, también hay que poner en la balanza que el 33% de los jugadores del plantel superan los 30 años, y la mayoría de ellos tuvo un papel protagónico durante el primer semestre.

En cuanto a lo estrictamente futbolístico, la irregularidad fue otro factor negativo y principalmente se vio reflejada en los jugadores más determinantes: Domínguez, Vismara y Toranzo. El capitán comenzó la temporada mostrando una gran solidez y un nivel alto, aunque terminó el primer semestre siendo uno de los más cuestionados. Algo similar ocurrió con la Bruja, que en algunos partidos leyó el juego mejor que nadie, y en otros cometió infantiles errores conceptuales. Lo de Toranzo, lejos estuvo de aquélla brillante actuación en Lima.

También, dentro de ésta cuestión, se destaca la performance de Luciano Balbi, que fue una muralla en Brasil, San Juan y en otros compromisos importantes, pero ante rivales de menor jerarquía no supo mantener la misma solidez.

Aquí, el desempeño de cada futbolista según la columna  «Uno por uno» de Aguante Huracán

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No se puede volver el tiempo atrás, pero quedan quince fechas, con Copa Argentina y Copa Sudamericana en el medio, para cambiar la historia. Se debe dejar a un lado la improvisación, el azar, y tomar decisiones inteligentes a la hora de elegir los refuerzos, los puestos dónde incorporar, y apuntar en gran porcentaje a lo físico en la pretemporada. También, ser claros a la hora de los objetivos, debido a que Huracán priorizó la Copa Libertadores, resignó puntos en el torneo local, y no logró clasificarse a octavos de final ni tampoco terminar la primera rueda lejos, o, mejor dicho, afuera de la zona de descenso directo.

Aún queda un largo camino por recorrer, y hay material para transitarlo de la mejor manera. Solo se deben dejar a un lado los egos, mantener el compromiso, y tener una preparación apropiada para ubicar a Huracán dónde se merece. Hay que enderezarse. 


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