Mameluco y galera

«Si estás en el área y no sabés qué hacer con el balón, metelo en la portería. Luego, discutiremos las opciones». William Shankly, uno de los entrenadores más recordados de Liverpool, acuñó esa frase hace ya varias décadas. Pronunciarla no habrá sido tan significativo como hacer colgar el legendario letrero que reza ‘Esto es Anfield’, pero no por eso tamaño consejo carece de valor. Por el contrario, simple y sencillo, aplica para el fútbol más allá del cristal por donde se lo mire. Y aplicó para Eduardo Domínguez y su lúcido Huracán, que no deja de excavar la tierra del pasado grisáceo para profundizar el pozo de la renovación.

A base de buenos rendimientos y grandes resultados, el Globo de los últimos tiempos acostumbró a hinchas propios y espectadores ajenos a notar su aptitud para conseguir las cosas que desea y se propone. Al menos, a obtener más de lo que se le niega. Por eso, no fue una sorpresa el laborioso triunfo sobre Caracas en el prólogo internacional del año, que podría estancarse en eso o bien preceder a seis capítulos más antes que termine el verano. Dueño casi absoluto de la pelota y ante a un mural humano, el anfitrión del partido inaugural de la Copa Libertadores no se desgarró las vestiduras por leer sus errores, corregir, cambiar de estrategia y volver a intentar. Los frutos tardaron en madurar, pero cayeron a tiempo.

Primero, Huracán lo intentó con dos creativos y dos delanteros. Luego, con un punta y tres volantes ofensivos. Más tarde, sumó a los laterales para descentralizar la pegadiza marca rival. Finalmente, rompió todas las líneas, abrió el frente de ataque y generó huecos en zona frontal. De esa manera, con créditos repartidos entre los de adentro y alrededores del campo de juego, llegó el desnivel.

La fortuna también invirtió unas fichas: la carambola previa al gol de Mariano González no sacó en ningún momento la pelota del área. Pero si hay que tamizar factores y fundamentar en pocos argumentos porqué el Globo se quedó con el triunfo, hay que decir que jugó con aire e ideas. La convicción y los matices tácticos contaron con un sustento físico indispensable, mas poco visible, que explica y justifica la ventaja con la que Domínguez y sus futbolistas viajarán a Venezuela. En la valija, llevarán mameluco y galera, pues ante todo hay que meter el balón en la portería y después discutir las opciones.


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