13 septiembre 2024

Quizás los hinchas de Huracán y San Lorenzo tendrían que agradecer no jugar en Montevideo, las Islas Canarias o Moscú. Mal que le pese a la comunidad futbolera, el antecedente del River-Boca en la última final de la Copa Libertadores demuestra que quienes manejan el fútbol siempre tienen una carta más bajo la manga cuando se trata de malas decisiones. Eso sí, de tanto hablarse de las cuatro largas semanas que separaron los superclásicos de la Bombonera y de Madrid, pocos calificativos quedan para abordar el postergadísimo duelo porteño entre el Globo y el Ciclón, que se disputará el domingo en el Nuevo Gasómetro a 63 días de la fecha original programada por la Superliga.

Que el partido se juegue con los riesgos de la canícula será una de los tantos factores a considerar, a priori y posteriori, para analizar un partido en el que participarán jugadores y entrenadores que ni sonaban de lejos en los clubes a fines de noviembre, cuando se llevaron a cabo el resto de los enfrentamientos de la 13ra fecha del campeonato local y cuando se produjo ese contubernio que le sirvió a San Lorenzo para parapetarse en la (falta de garantías de) seguridad. Aunque las realidades de uno y otro equipo en la tabla de posiciones no variaron de manera crucial desde entonces, los motivos de los cambios de DT fueron ciertamente antagónicos: una contratación fue por deseo; la otra, por necesidad.

La poco decorosa salida de Gustavo Alfaro, a diferencia del arribo de Jorge Almirón a Boedo, fue como un golpe de mandarria en el corazón de Huracán. Por casualidad o por un guiño de esa suerte que siempre le había sido esquiva al Globo hasta hace unos pocos años, la dirigencia quemera se topó rápidamente con un Antonio Mohamed en ristre. El Turco había dirigido a Celta de Vigo hasta mediados de noviembre y llegado al país para, según sus propias palabras, arreglar con Boca o descansar. Antes de fin de año, en un enroque no intencional y con un puñado de horas de diferencia, Mohamed acordó con Huracán y Alfaro hizo lo propio con el Xeneize, ratificando otra vez a Hemingway y también su edad: todavía no llegó a los sesenta años, aún no aprendió a callar.

“Me vine de España porque querían que no sea yo mismo”, declaró el nuevo director técnico quemero a La Nación días atrás. Al Turco le urgía el cobijo de un club que abrazara su versión más genuina y auténtica, algo que seguramente sea más apremiante tras el reciente fallecimiento de Norma, su madre, incondicional colaboradora de la institución. Huracán, por su parte, precisaba una figura bienquista para curar las heridas no menores abiertas por el plantón inescrupuloso de Alfaro. De esa necesidad diádica y recíproca nació la era de la lealtad, como la bautizó Alejandro Nadur. Esta etapa, la cuarta de Mohamed como comandante del equipo de fútbol profesional, tendrá una última imposición del destino: el acto inaugural será en la casa de San Lorenzo con el partido más especial, el primer clásico del Turco como DT y el encuentro más postergado de los últimos tiempos.

Estadio: Pedro Bidegain.

Fecha: domingo 20/1 – 18.00 hs.

Árbitro: Andrés Merlos.

TV: Fox Sports Premium.

Huracán: Silva; Chimino, Salcedo, Mancinelli, Araujo; Auzqui, Damonte, Rossi, Roa o Toranzo; Gamba y Barrios. DT: Antonio Mohamed.

San Lorenzo: Monetti; Herrera, Coloccini, Senesi, Rojas; Belluschi, Loaiza, Botta; Mouche, Blandi y Reniero. DT: Jorge Almirón.

Foto: Minuto Uno


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