La historia contemporánea de Huracán no necesitó mucha propaganda para funcionar como una aguja hipodérmica que instaló en los hinchas, quemeros o no, un pensamiento: el Globo lleva las de perder. La desconfianza cuando se gana por varios goles, las dudas que aparecen cuando no deberían, el temor a ciertas situaciones del fútbol poco habituales pero posibles. Todas estas cuestiones se establecieron como máximas para un club que padeció y mucho durante décadas.
Sin embargo, aunque el club todavía no se pudo extirpar del ADN ese sufrimiento y nerviosismo que se hicieron ley en cada victoria importante, sí empezó a torcer la historia. En el Ducó, ante un marco conmovedor, volvió a ser debidamente infiel a esa mala costumbre de fallar en instancias determinantes. Enfrente, el campeón de América, nada más y nada menos. Deslucido, quizás; con un rendimiento en baja; pero con un técnico y plantel que han ajusticiado a los mejores del continente a lo largo del año.
Huracán borró a River. Lo anuló, incomodó y vulneró. Sacó a la luz todas las falencias que aparecieron solapadamente en los últimos meses. Por aptitudes físicas y juegos emocionales, el Globo tuvo que comerse las uñas antes de alcanzar su primera final internacional. Pero ni los goles de Mora ni el empate final eximieron de merecimiento y conquista al equipo de Eduardo Domínguez, que otra vez se alzó por la solidez defensiva, el orden de sus líneas, el pressing, la presión alta y el suculento lucro que dejó la explotación de virtudes.
La fortaleza colectiva que el plantel profesional pregona y defiende con hechos es el estandarte del equipo, la bandera que más alto levanta y la clave de una realidad que no se saneó, pero brilla tanto que no permite ver las sombras que hubo, por ejemplo, en el torneo local. Ahora, de cara al duelo con un rival que se asemeja en principios y aptitudes, Huracán deberá sostener la cabeza en alto, respetar la velocidad de las pulsaciones y ensalzar todos sus puntos fuertes para soñar, seguir soñando, con el final feliz para el acontecimiento más importante de su historia.
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