Huracán cayó por la mínima diferencia en Córdoba y sumó su quinta derrota en siete presentaciones. Instituto, que venía último y con un caos institucional, hizo el gol sobre la hora y hundió al Globo en lo más bajo de la tabla de posiciones. Aunque no se obtuvo punto alguno, hubo una leve mejoría en el juego.
A priori, pensar en Instituto en Córdoba era pensar en una parada brava. Sin embargo, «la Gloria», que en la última temporada peleó el ascenso a Primera, llegaba al partido siendo el equipo con menor puntaje en todo el torneo y sin haber ganado aún. Mala señal. Huracán es especialista en cortar rachas negativas de los rivales, y ayer, lamentablemente, no fue la excepción, pese a que el Globo mereció mejor suerte.
Llop intentó que por los porotos el equipo juegue igual que en los entrenamientos, en pocos metros y presionando con mucha gente para recuperar. Al principio, se llevó a cabo bastante bien, en parte gracias al planteo y también por los nervios del local, que jugaba con la presión y los murmullos de su gente a cuestas. En lo que al juego respecta, anoche Huracán tuvo uno de sus mejores rendimientos, pero le faltó precisión en los últimos metros. Igualmente, fue el partido en el cual el arquero rival tuvo mayor participación.
Se vio un Huracán distinto, no solo porque estrenó indumentaria nueva, sino porque fue uno en defensa y otro en ataque. Las ubicaciones cambiaban según el Globo tuviera o no la pelota. Cuando Instituto se venía, línea de 4 en el fondo, Barrientos y Battaglia en el círculo central, Sánchez Prette recostado sobre izquierda con Martínez delante suyo, Vega delante de Danelón en la banda derecha, y Quintana solo arriba. Cuando se encaraba hacia el área rival, Minici y Danelón llegaban hasta mitad de cancha, Battaglia o Martínez trasladaban el balón, y Vega subía hasta el borde del área.
Desde el comienzo, el partido se hizo de ida y vuelta. Ambos equipos demostraron por qué están donde están en la tabla y las falencias defensivas hicieron que Islas y Chiarini, los arqueros, se luzcan. Los cordobeses encontraron por su derecha un lugar por el cual llegar hasta el fondo, a Minici le ganaron la espalda durante todo el partido. El Globo, por su parte, encontró en Battaglia, una vez más, al jugador con tenencia y reparto de pelota, el que genera juego; asimismo, en los pies de Martínez estuvo la explosión que dio profundidad a los ataques.
Luego de un entretenido primer tiempo, Huracán se fue al descanso habiendo dejado una buena imágen y la sensación de que se iba a la manga sin goles a favor únicamente por falta de suerte. Al complemento ambos equipos salieron como lo suelen hacer todos en esta categoría, más cerrados en el fondo y cautelosos a la hora de ir hacia el arco de enfrente. De a poco, Huracán de fue quedando, y con el cansancio acumulado de Battaglia y Martínez fueron desapareciendo lentamente las chances quemeras de generar jugadas de riesgo.
Hubo un momento en particular en el partido, luego de la suspensión de cinco minutos por las bengalas encendidas en la popular local y pasada la mitad del segundo tiempo, en el cual los nervios de los jugadores de Instituto llegaron al máximo, y perdían cuanta pelota tocaban. Fue el momento que Huracán debió aprovechar para dar la estocada, sin embargo no supo resolver cuando tuvo la posesión del balón. Todo terminaba en un pelotazo a Bottaro, que no anduvo fino, o algún intento maradoniano de Martínez, que para entonces estaba casi sin aire y siguió mostrando sus equivocaciones al momento de cerrar las jugadas. Lo más peligroso fue un buen tiro de Vega que se fue muy cerca. Y los goles que no se hacen en un arco…
En el tercer minuto de descuento, luego de un grosero error de Domínguez al intentar despejar y entregarla a un rival, Bernardi desbordó, dejó pagando a Barrientos y tiró un centro que rebotaría en Mancinelli, atajaría Islas y le quedaría en bandeja de plata a Burzio, que solo tuvo que empujarla a la red. Tristeza, desazón, impotencia. Derrota y fondo de la tabla.
El nivel de juego mejoró y eso es más que importante, pero lo fundamental en este momento es conseguir puntos de forma inmediata, de lo contrario el bajón emocional puede ser letal. Huracán necesita de Battaglia y Martínez, como así también necesita de Milano, y de una mejora en el rendimiento de Domínguez y Barrientos (que, pese al yerro de uno y la amarilla recibida por el otro, jugaron mejor que en la fecha pasada).
La caída de Douglas Haig permite que Huracán se mantenga fuera del descenso directo pese a la derrota sufrida en Córdoba, pero no hay que descuidarse. Hay que levantar cabeza ya. El próximo compromiso será ante Banfield en el sur, un rival que viene de jugar varias categorías en Primera pero luego de su buen arranque de torneo, llegará habiendo perdido su última presentación (en Corrientes ante Boca Unidos). Hay que ganar.
Huracán: Islas; Danelón, Mancinelli, Domínguez, Minici; Battaglia, Barrientos, Sánchez Prette, Martínez; Vega y Quintana.
DT : Juan Manuel Llop.
Instituto: Chiarini; Damiani, Sánchez, Báez, Floris; Piermarteri, Vismara, Correa; López Macri, Burzio y Bazán.
DT: Darío Franco.
Árbitro: Carlos Maglio.
Estadio: Juan Domingo Perón (Córdoba).
Cambios: 21 ST – Bottaro por Quintana; 25 ST – Bernardi por Vismara; 26 ST – Velázquez por Bazán; 31 ST – Aguirre por Piermarteri; 38 ST – Villarruel por Sánchez Prette.
Goles: 48 ST – Burzio.
Amonestados: 18 PT – Chiarini; 12 ST – Quintana; 16 ST – Barrientos; 23 ST – Piermarteri; 26 ST – Correa.
http://www.youtube.com/watch?v=Gv6DQR6sRvY
Dejanos tu comentario: