Emiliano Tagliarino, alias «el Bocon», uno de los tres barras de Huracán deportados de Sudafrica, hablo para el diario Olé y realizo las siguientes declaraciones…
«En Sudáfrica nos trataron mal estuvimos 22 horas sin siquiera tomar agua” dice.
Tagliarino es uno de los barras de HUA que Sudáfrica mandó de nuevo y dice que los políticos los usaron. Y blanquea el aporte de los clubes y el cuerpo técnico.
Como si la fiebre mundialista no se le hubiese pasado luego de que no lo dejaran entrar a Sudáfrica, Emiliano Tagliarino, barra de Huracán y vocero de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas, tiene puesto un gorro alusivo al Mundial 2010. Y mientras su abogado, Rodrigo González, diseña la arquitectura legal para devolverlo a Sudáfrica, Tagliarino habla.
“El viaje fue perfecto. Sólo hubo un incidente de Brasil a Angola porque uno quiso sacar fotos, el azafato le manoteó la máquina y tuvimos que parar a los pibes que lo salieron a correr. Al llegar a Johannesburgo vimos que había ocho policías con una lista con diez nombres. Y ahí empezó otra historia”.
-¿Cómo diez si el gobierno dijo que aportó 700 nombres de barras? -Qué, eran diez y estaban todas las cabezas del grupo. Cuando me agarraron les pregunté por qué y me contestaron: “Es un problema de tu país, no nuestro. Recién mandaron esta lista desde Buenos Aires. Andá y arreglalo allá”. Hasta ese día, no tenían nada.
-¿Por qué pasó eso? -Por lo de Ezeiza, lo de las caretas. Y porque les tocamos el culo a todos. A la Policía no le conviene que nos juntemos porque se le cae el negocio de venir a pedirnos plata los días de partido para no reventarnos los micros. Entonces nos mandaron de vuelta a las cabezas para que allá se pudra todo y así tener más presupuesto y chances de apretarnos acá. Después dicen que teníamos banca… yo no tengo antecedentes y ahora soy peligroso. ¡Y no lo era hace tres meses cuando estuve allá! Los que tienen banca son los que viajaron en el avión de la Selección. A ellos no los deportan, porque están con el cuerpo técnico y Bilardo. Mirá, nosotros tuvimos una reunión con Mancuso y…
-¡¿Cómo?! -Sí, nos llamó hace un mes. Le dijimos que sólo nos faltaban las entradas y nos pasó con un dirigente de AFA para que nos facilitara el trámite.
-¿Noray Nakis? -Lo dijiste vos, no yo.
-¿Y se las dio? -No, ahora pararon todo por orden de Grondona. Pero las queríamos comprar, no de favor. Al único que le pedimos favores fue a Marcelo Mallo que nos dijo que pongamos las banderas con el pingüino que después el Gobierno nos daba todo. Y nos comimos la galletita. La política es lo peor que hay, no tienen lealtad, nos usaron. Le vendimos el alma al diablo y así nos fue.
-¿No pagó 125 pasajes? -Los 150 de Primera ya estaban, porque algunas barras conseguimos la plata por afuera y otras de adentro de cada club, del fútbol. Y Mallo al final, no sé de dónde, sacó el resto y también la plata para comer allá. Igual nos usó, porque dijo que Aníbal Fernández no se metería con nosotros y mirá cómo terminamos. Encima nos infiltraron la ONG.
-¿Qué? -Sí, uno de los hijos de Grondona nos mandó a la barra de Arsenal a espiarnos. Hasta nos reunimos en la estación de servicio, ya sabés cuál. La AFA quería boicotearnos pero a los de Lomas, que llegaron por Dedo Becerra (capo de la barra de Quilmes), no. Porque ellos arreglaron con la Selección.
-¿Pensás que podés volver al Mundial? -No sé. Porque parece que tenemos lepra. Yo sé que cargamos con la mochila de la violencia y seguimos haciendo cagadas, pero queremos cambiar. Pero al fútbol parece que no le conviene porque todo esto, es un gran negocio.
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