10 septiembre 2024

«¡Joey, hagamos un levantamuertos!», grita el dueño de la cantina de Hill Valley. Marty McFly trata de despertar al doc Emmet Brown, pero no hay caso. Le preparan una mezcla sacada de varias botellas, la revuelven y se la hacen tomar. El personaje interpretado por Christopher Lloyd se incorpora de un salto y con los ojos abiertos de par en par. La escena corresponde a Volver al futuro 3, película en la que en ningún momento se menciona el verdadero nombre de la bebida: Huracán.

Chicago estaba en el piso. Sentenciado, apesadumbrado. Muerto. Había pasado el verano, el otoño y llegado el invierno, llovido durante días y salido el sol, pero los de Mataderos todavía no habían ganado. En su camino, se cruzó el equipo más bondadoso del fútbol argentino, el encargado de detener las rachas adversas de todos, menos las propias. Y cumplió: el Globo se dejó embestir por el Torito. El invitado sacó inaptitud física de una botella, tibieza de otra e inocencia de una tercera. La mezcla le levantó la temperatura al anfitrión, que hasta discutió la última jugada como si el resultado dependiera de ella.

Fue goleada y desahogo para los de Rubén Forestello, que convirtieron en una hora y media la mitad de los tantos que acumularon desde enero hasta antes del partido. Fue favor cumplido para los de Néstor Apuzzo, que perdieron otra ‘final’ ante el rival que todos quieren enfrentar. Huracán todavía se priva de pedir un lugar en el libro de los records Guinness, pero su compromiso inquebrantable a la hora de dibujarle una sonrisa a los demás cada vez tiene menos objeciones. Se trata de un verdadero levantamuertos. Un club infalible para ser falible.


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