En Mendoza, Huracán cayó ante Godoy Cruz por un gol en el último minuto del tiempo regular. Pese a la gran performance de Matías Giordano y al primer grito de Iván Borghello con la camiseta del Globo, no supo sostener el empate y pagó cara la pasividad de la segunda mitad. Eduardo Domínguez fue expulsado por doble amarilla y su reaparición en el torneo local será en la quinta fecha, en Bajo Flores.
Foto: www.diariodecuyo.com.ar
En el interior del país, dormir la siesta es una ley no escrita. Sea día hábil o fin de semana, incluso en feriados festivos, cuando llega la tarde y tras el almuerzo, es hora de ceder ante el sueño. Huracán fue a Mendoza para visitar a Godoy Cruz y no le fue esquivo a la tradición, pero tampoco respetó a las agujas del reloj: la modorra le agarró de noche. Después de un buen primer tiempo en el que Ramón Ábila se vistió de santo y le perdonó la vida al Tomba -tres chances dilapidadas dentro del área, dos por motus propio y una por negativa del palo-, el equipo de Néstor Apuzzo puso punto muerto y acompañó a su rival sin ton ni son.
La etapa inicial mostró algunas facetas interesantes del Globo muleto. Avance y retroceso en bloque, un triple 5 que cortó los circuitos del mediocampo local, los atinados pases entre líneas de Montenegro y la constante profundidad de Wanchope, que esta vez no anduvo fino. Sin embargo, el gol de Ayoví en la última jugada antes del entretiempo empalideció al visitante de forma tal que jamás recuperaría su intensidad. Por el contrario, el complemento lo mostró inerte, apático e impasible. Rolfi, solitario, desapareció; Ábila sumó más off side que llegadas; los volantes perdieron terreno; la defensa se despreocupó de la marca por las bandas.
La desidia transformó en figura al que cargaba la mochila más pesada, el arquero Giordano, que tomó la posta por la lesión de Marcos Díaz y aprobó en su primera actuación como titular en el año. Por esas cosas que tiene el fútbol, un segundo veterano soslayado del plantel tomó protagonismo en el mismo partido. Memo Borghello fue favorecido por una floja respuesta del 1 rival y debutó en la red. Con el empate a cuestas, Huracán encendió el interruptor del modo ultradefensivo, pero el sopor no frenó y de un lateral, cuatro divididas aéreas perdidas mediante, llegó el desnivel final. La justificación de la simultaneidad con la Copa gana validez cuando se piensa en la longitud del torneo, pero la pierde cuando se percibe evitable la derrota, como anoche.
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