Huracán le ganó 3-0 a Santamarina en el Ducó y quedó a dos puntos de Atlético Tucumán, quinto de la zona. Una ráfaga de buen fútbol le alcanzó para sacar diferencia de dos en la primera mitad y cerró la goleada en el último minuto de partido. Ábila, Toranzo y Romero Gamarra inflaron las redes del Palacio en el día de su cumpleaños número 65.
Foto: Daniel Méndez
Varios meses tuvieron que pasar para que Huracán vuelva a hilvanar triunfos. Hasta ahora, son solo dos, pero no quita que se correspondan con la enorme necesidad de ganar que tiene el club. El margen de error es inexistente para el conjunto que hoy dirige Néstor Apuzzo, el bombero que supo retomar el camino victorioso cuando el Globo más lo necesitaba. Ayer, el rival fue Santamarina, debutante en la categoría, de campaña aceptable. Los de Tandil llegaron a Parque Patricios con un esquema ordenado y equilibrado, que tomó recaudos en defensa sin resignar el ataque. Por eso, los primeros momentos del encuentro entre el dueño de casa y la visita fueron parejos, de ida y vuelta.
A punto de llegar a la media hora, llegó el quiebre. Patricio Toranzo, que hasta entonces tenía una actuación de regular a mala, resolvió los problemas de profundidad con un taco. El 11 sorprendió a toda la defensa aurinegra y habilitó a Ramón Ábila, que no desaprovechó el mano a mano. Cinco minutos más tarde, Olivero pudo contener un remate de Wanchope a costa de alejarse demasiado del arco. El rebote lo capturó Pato, que obvió la ausencia del arquero y ensayó un disparo al ángulo. Con unas pinceladas del conductor y la actitud punzante del centrodelantero, el Globo se puso 2-0 de forma repentina.
Con la ventaja en el marcador, llegó la confianza. Creció el rendimiento individual y varios aceitaron su producción individual. Cristian Espinoza volvió a brillar por su despliegue físico, sacrificio y entrega. El 7 nunca te deja en banda. Germán Mandarino clausuró el acceso por el lateral derecho y hasta Ezequiel Gallegos, reemplazante de Lucas Villarruel, se animó a más. El equipo engranó de tal manera que no sufrió el apagón de Gonzalo Martínez. Alejandro Romero Gamarra, que ingresó para el cuarto de hora final, selló el resultado definitivo con una ejecución de precisión extrema. Fue goleada por los pequeños momentos del equipo que se vio en el semestre pasado y en el debut ante Temperley. Fue triunfo porque a Huracán le alcanzó con mostrar los dientes.
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