Huracán recibirá mañana a Gimnasia de Jujuy en el Ducó desde las 17. El Globo buscará su tercer triunfo consecutivo en lo que va del año para seguir escalando posiciones y alimentando la ilusión del ascenso. No estará Federico Mancinelli, desgarrado; su lugar lo ocupará Víctor Cuesta. Facundo Tello, el árbitro. Habrá caravana desde la Sede Social.
Foto: Daniel Méndez
Si hay algo que verdaderamente no se pierde hasta el final es la esperanza. Los hinchas de Huracán son -somos- fieles exponentes de tal verdad. El Globo comenzó el torneo de la peor manera. Entre otras cosas, sufrió la partida de su técnico e ídolo, padeció problemas internos en el plantel (se diezmó a mitad de campeonato), tardó 23 fechas en ubicarse entre los primeros diez de la tabla. Cháchara. No importa. Dos triunfos consecutivos y la posibilidad matemática son suficientes para aferrarse al deseo máximo y no soltarlo. Los hinchas quieren una sola cosa, quieren el ascenso.
Los jugadores también ansían alcanzar la Primera División. Al menos, así lo han demostrado en las primeras presentaciones oficiales del año. El modelo 2014 de Huracán es un equipo renovado, con otra mentalidad, dispuesto a tomar riesgos grandes con tal de lograr sus objetivos. Además, cuenta con un entrenador cuyo perfil bajo no puede ocultar el buen trabajo que hizo desde su llegada al club y, principalmente, durante la pretemporada. Por último, pero no menos importante, por el contrario, hay una idea de juego. Eso se aprecia. Eso ilusiona.
El rival de turno será Gimnasia de Jujuy, elenco que cayó en sus últimas siete salidas de casa. La estadística, increíblemente, genera incertidumbre y tensión. El pasado inmediato condena a Huracán: es especialista en cortar malas rachas ajenas. Sin embargo, en busca de la meta, dicha situación es un obstáculo más que se debe superar. Los hinchas lo saben y pondrán también todo de sí para acompañar y apoyar al equipo: realizarán una caravana desde la Sede al estadio dos horas antes del cotejo. Una fiesta que será completa si se cumple el dicho: no hay dos sin tres.
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