En su visita a Rosario, Huracán empató sin goles frente a Central y sumó su primer punto del torneo. Es importante el resultado para cortar la racha de derrotas, pero el juego fue muy pobre por parte del conjunto de Rivoira y eso es lo que más preocupa. Maglio, desastre.
Desde el inicio, el equipo canalla quiso llevarse al Globo por delante, de atropellada. Bochazos frontales y alguna que otra jugada armada por derecha (el primer tiempo de Danelón fue para el olvido) terminaron en llegadas y aproximaciones peligrosas al arco de Islas (quien antes de empezar el match tuvo que cambiarse la camiseta por ser verde, como la de Caranta, y en su pecho se leía Banco Columbia, anterior sponsor… yerro). Huracán, por su parte, solo ganaba metros en terreno adversario cuando agarraba la pelota Martínez, que, para sorpresa de todos, se ubicó por derecha, intercambiando la banda con Busse. El juvenil fue el que más participó del ataque quemero, pero arrancaba desde muy atrás. Todo intento de ofensiva del Globo llegaba, como máximo, a la puerta del área. Y las pelotas paradas, supuestas jugadas preparadas, fuereon ejecutadas sin éxito.
Con el correr de los minutos, el partido fue empalideciendo, y ambos equipos empezaron a cerrarse. El peligro únicamente se podía generar por algún pelotazo bien puesto por Jesús Méndez, único encargado de construír el juego en Central, o alguna aparición de quien no debía aparecer, el árbitro Carlos Maglio. Quien inclinó la cancha notoriamente: No le cobro un penal al globo, amonestó a Martínez por tirarse (fuera del área, en el primer tiempo, por una caída producto de un choque con un rival), no le mostró la roja a Méndez por un terrible planchazo con ambos pies sobre Islas, dejó pasar dos manos muy evidentes en jugadas de ataque rosarino y adicionó unos exagerados 6 minutos. Además a la hora de sacar tarjetas no juzgo con la misma vara a los jugadores del equipo local que a los de Huracán.
En el segundo tiempo, el nivel de Martínez cayó y, por ende, el avance de Huracán sobre el arco de Caranta se enfrió por completo. Por estar obligado en su cancha, Central fue para adelante con más voluntad que juego. Y más aún desde la correcta expulsión de Battaglia, a los 21 minutos de la segunda parte (el volante reaccionó a un empujón y metió una patada sin pelota). Ahí apareció la figura de Mancinelli, que fue un león en el fondo; esta vez tuvo que marcar a otro grandote, Bracamonte, pero se las arregló para no darle espacios y sacar casi toda pelota que iba dirigida al 9 canalla. Minici tuvo un buen partido, y Domínguez y Danelón, que no habían jugado bien en la primera mitad, mejoraron en el complemento. Con el Globo sacando todo desde el fondo, Central empezó a probar disparando desde lejos, pero salvo un buen zapatazo de Nery Domínguez, que pasó cerca, no hubo peligro mayor.
Una mención especial para Villarruel, quien sin ser lujoso como Martínez, ni sacar todo como Mancinelli, tuvo una impecable actuación en el medio campo. Es un jugador con equilibrio, tiene mucho quite y parece demostrar una gran lectura del campo cuando se para en el círculo central. Hasta ahora, haciendo un balance de los tres partidos, en mi opinión, es el mejor jugador del Globo.
Uno siempre quiere ganar pero el punto puede servir si se ganan los próximos encuentros, frente a Merlo y Sarmiento. Además, lo importante va a ser mejorar el nivel de juego de cara a lo que viene, formar una idea que se pueda plasmar en el campo. No se puede depender únicamente de que Martínez se levante inspirado el día del partido. Desde la próxima fecha, Rivoira podrá contar con Barrientos, ya que su sanción finaliza el viernes. El volante puede cambiar la cara del equipo, añadirá fuerza al mediocampo y voz de mando para con sus compañeros y los árbitros. Quedan 35 finales, 105 puntos en juego. Esto es largo, todavía hay tiempo.
Huracán: Islas; Danelón, Mancinelli, Domínguez, Minici; Martínez, Villarruel, Battaglia, Busse; Milano y Vega.
DT: Héctor Rivoira.
Rosario Central: Caranta; Pérez, Peppino, Casteglione, Yacuzzi; Gagliardi, Freitas, Méndez, Lagos; García y Bracamonte.
DT: Miguel Ángel Russo.
Árbitro: Carlos Maglio.
Estadio: Dr. Lisandro De La Torre (Gigante de Arroyito).
Cambios: 0 ST – Domínguez por Freitas; 23 ST – Oviedo por Vega; 26 ST – Becker por Pérez; 26 ST – Medina por García; 38 ST – Villán por Milano; 41 ST – Chacón por Danelón.
Goles: No hubo.
Amonestados: 16 PT – Bracamonte; 17 PT – Martínez; 40 PT – Danelón; 41 PT – Battaglia; 44 PT – Méndez; 22 ST – Oviedo.
Incidencias: 21 ST – Expulsado Battaglia.
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