7 diciembre 2024
comentarioedelp

Entre fines de los ’60 y comienzos de la década siguiente, Huracán y Estudiantes forjaron una identidad de juego que todavía sobrevive. Ciertamente, ambas formas de concebir el fútbol han evolucionado: sin aceptarse una a la otra, han adoptado varias fórmulas rivales y actualmente viajan más cerca que antes en las vías al triunfo que cada una pregona. De aquel Globo de Menotti, lujoso campeón local en 1973, y el León de Zubeldía, ganador de tres Copas Libertadores de 1968 a 1970, han pasado muchos equipos románticos y otros tantos pragmáticos. Ambos bandos, con representantes laureados y argumentos para defender su estilo.

El domingo, en el Palacio Ducó, el local y el Pincha realizaron juntos un reconocimiento a esas dos filosofías futboleras de antaño (y no tanto), pero al revés del dictamen histórico. Los de Néstor Apuzzo jugaron con carrileros -rueda de auxilio para los marcadores laterales-, un volante central de contención y quite, y una línea de cuatro que no se movió del fondo. El enganche, lento y creativo, debía encontrar al veloz punta por afuera o al centrodelantero que permanecía en la zona frontal. El elenco visitante resguardó la pelota, ganó la tenencia, lateralizó su juego y concentró presencia en ataque, pero no superó la presión certera y elocuente del dueño de casa. Fue una escaramuza de opuestos, que se inclinó por la mínima diferencia a favor del que encontró el desnivel en una jugada sucia que culminaron los que debían culminarla.

La ventaja en el marcador, la irrenunciable paciencia de Estudiantes y unos cuantos minutos ganados en simulaciones y exageraciones le permitieron a Huracán volver al triunfo tras 55 días. Fue una bocanada de aire para tomar impulso de cara a la incipiente racha impactante en el torneo local (Crucero, Chicago, Lanús, River, Independiente y San Lorenzo), que tendrá a los compromisos por Copa Sudamericana -frente a Tigre- en el medio. Fue un mimo para un equipo que se encontró a sí mismo en un esquema nuevo y que deberá luchar contra sus propias incapacidades y las problemáticas institucionales para, como hizo anteayer, alejarse del descenso.


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