
El recientemente ascendido San Martín de Tucumán derrotó dos a cero al Huracán de Claudio Úbeda. A lo largo de noventa y pico de minutos muy flojos, los tucumanos mostraron a diferencia de Huracan ganas y orden, y con eso sólo les bastó para arrancar bien arriba la Temporada. No se vio mucho fútbol en un partido aburridicimo.
Todos nos quedamos decepcionados, tristes y muy preocupados. Y, claro está, no es el hecho de perder lo que preocupa sino como se perdió. La labor del equipo fue pálida, desdibujada, nadie cuando tenia el balón sabia que hacer. Y la labor de Ubeda fue pésima no le pego a ningún cambio.
Nadie esperaba ver a Huracán saliendo a enfrentar a un equipo recién ascendido con tan poco compromiso. Parado en su campo, con Limia retrasando los saques de arco, y sin ninguna intención más que la de dejar pasar los minutos, Huracán salió a esperar a San Martín y tardó poco en recibir el gol. En los primeros minutos, entusiasmaba la seguridad de Goltz, el buen manejo de la pelota de Pastore y, sobre todo, la seguridad para tocar corto y por abajo. Pero no había ideas de como atacar. Era evidente que el quipo fue a buscar un empate con un equipo recién ascendido a la primera devoción.
San Martín arribó al primer gol después de una jugada plena de desaciertos defensivos, que culminó en un centro perfecto de Solana y en un cabezazo potente de Turdó, que le gano de cabeza a Paolo Goltz.
El Globo tenía la pelota pero carecía de ideas. Sin un conductor claro, Pastore entregó chispazos pero, al menos por ahora, no puede ponerse el equipo al hombro. Así, Huracán era inofensivo por el medio y, también por las bandas, donde si provocaba algún peligro era para el arco de Limia. De hecho, Leone y Solana (los que jugaban por afuera en San Martin) no tuvieron ningún tipo de obstáculos durante toda la noche, ganando una y otra vez las espaldas de Leo Díaz y Castillo. Por el lado de los delanteros casi no participaron del juego. Con una ofensiva tan magra por el lado de Huracán, San Martín acaparaba las mejores situaciones con sólo ejecutar pelotazos frontales. Pelotazos sin demasiada puntería pero que aún así complicaban a un defensa que tuvo una noche muy floja.
Aún así, y justo es decirlo, el segundo gol de los tucumanos, a los 32 minutos, fue con una alta cuota de mala fortuna para el Globo: un tiro de esquina ejecutado desde la izquierda por Leone, el cabezazo de Turdó y la pelota que se desvía en Monje, descolocando por completo a Limia que se quedo sin reaccionar.
En cuanto a los segundos 45 minutos con Araujo como volante por derecha y Leo Díaz volviendo a la función de medio campista central, el Globo salió con otro ímpetu a la vuelta del vestuario. Pero el cambio de mentalidad le duró poquísimo: menos de diez minutos. Demasiado poco como para hablar de reacción. Sinceramente estaba más cerca el tercero de San Martin que el primero del Globo.
Tras apenas un remate de Casartelli tras un buen pase de Barcos (que habia ingresado quedando Huracan con 3 delanteros) Roldan incluyó a De Muner en el fondo (quedando San Martin con 4 defensores), quitando a un delantero, y eliminando toda posibilidad de reacción de Huracán, que de nuevo no supo que hacer con pelota y terreno a su disposición. Porque el equipo tocaba bien lateralmente, pero se desdibujaba a la hora de encarar al área y era temeroso a la hora de patear a la arco.
Para peor, San Martín seguía complicando en la contra. Huracán extraño a Barrientos. Y no sólo su condición de líder: sino también su capacidad de marca, de recuperación (Esmerado casi ni participo del juego en todo el partido).
Con el correr de los minutos, Úbeda probó y modificó: esquemas y nombres. Así, en la ofensiva quemera desfilaron Barcos, De Federico (jugando casi de mediocampista) y Gigli. Porque cuando no hay ni ideas ni volumen de juego, poco sirve sumar gente arriba. Tendrá que modificar mucho más Úbeda con respecto a esto. Igual no nos olvidemos como empezamos el torneo pasado perdiendo con Arsenal en un desempeño más que triste.
Dejanos tu comentario: