Seguramente esta previa sea algo subjetiva y personal. O tal vez no. Será algo extraña, porque el hecho de unir el pensamiento de miles y miles en un solo relato parece completamente imposible. Sin embargo, esta noche, todos los corazones y las cabezas tendrán un mismo pensamiento y sentimiento. Uno que, si tuviesen que escribirle una carta ahora mismo a los protagonistas, se manifestaría más o menos de esta forma:
En primer lugar, antes que nada, aunque ya lo sepan, cada uno de sus hinchas intentará explicarle a los jugadores qué es realmente lo que está en juego esta noche. Les contarán que sus padres o abuelos alguna vez les relataron historias acerca de un Globo enorme, inflado hasta el tope, que generaba temor y respeto en sus rivales, pero que con el paso de los años, fue perdiendo fuerza y vuelo. Empero, ese pasado tan inmediato ya ha cambiado, porque hoy se volverán a jugar, una vez más, la grandeza y la historia de este Huracán. Del que ahora sonríe…
En esta carta imaginaria, esa que todos los Quemeros en este momento escribirían, hablarían de sus hijos, los afortunados. Los que en pocos años fueron espectadores de triunfos que durante décadas se negaron. De festejos impensados, lejanos alguna vez, reales gracias a este grupo que quiere seguir con las hazañas. A ustedes jugadores, les agradecerían en masa lo que han hecho hasta ahora.
Los que nacieron algunos años después, los adolescentes y jovenes que se criaron con un club devastado, son los que viven su sueño hecho realidad. Los que sólo habían vivido tiempos de nombres nefastos y de una categoría que nunca más quieren volver a mencionar. Ellos seguramente son los que viajaron dos veces a San Juan para experimentar algo que en ese momento era nuevo e imposible, pero que ahora es pura esperanza y expectativas.
Les pedirán que ganen, pero no en base del exitismo de hoy en día, que exige triunfos en cadena permanentemente. Les pedirán que dejen todo por la gloria, por los sueños, porque les dicen que es imposible. Pero claro, la culpa la tienen ustedes. Jugadores, cuerpo técnico y dirigentes. Sí, así es. La culpa la tienen ustedes por mal acostumbrarlos a los milagros. A no caer antes de tiempo, a mirar el último segundo de las agujas del reloj. La culpa la tienen ustedes porque cuando nadie creía inflaron el Globo y lo llevaron a volar por los aires de todo el continente, llegando casi, hasta lo más alto.
Ustedes son los culpables de este presente y por eso se les exigirá que salgan a la cancha y ganen. Sin importar las rachas, sin pensar en un rival que, hasta el momento, no conoce siquiera lo que es sacar del medio en toda la Copa. ¿Y qué? ¿Las estadísticas salen a jugar los partidos a caso? ¿Ellas se tiran al piso aunque ya el cuerpo no les de más? ¿Ellas van a buscar un último cabezazo o centro atrás aunque el cronómetro ya se muera, y los periódicos estén cerrando sus páginas titulando una derrota? ¡¿Qué saben ellas de milagros, de triunfos imposibles, de resurrecciones y hazañas futboleras?!
Lo de esta noche no será un exigirles ganar un partido más, sino que el pedido será de gloria. La que de a poco en Patricios van recuperando. Porque no importa lo que los demás crean o digan… Su gente estará con ustedes. Siempre. Pase lo que pase.
Síntesis:
Atlético Nacional: Franco Armani; Daniel Bocanegra, Davinson Sánchez, Felipe Aguilar y Farid Díaz; Alejandro Guerra, Alexander Mejía y Sebastián Pérez; Marlos Moreno, Víctor Ibarbo y Andrés Ibargüen. DT: Reinaldo Rueda.
Huracán: Marcos Díaz; José San Román, Martín Nervo, Federico Mancinelli y Luciano Balbi; Lucas Villarruel, Mauro Bogado, Matías Fritzler, Mariano González; Daniel Montenegro; Ramón Abila. DT: Eduardo Domínguez.
Árbitro: Jorge Argote (Venezuela)
Transmiten: Fox Sports y El Ojo del Huracán (AM 1090).
Dejanos tu comentario: