Lucas Villarruel y su padre fueron secuestrados y asaltados anoche. Cuatro delincuentes interceptaron al jugador con su vehículo, recorrieron cajeros para conseguir dinero y se llevaron su camioneta y celular. El volante recibió tres puntos de sutura sobre su ceja por un culatazo que recibió de uno de los ladrones.
La denuncia ya fue elevada y el mediocampista, que hoy fue al entrenamiento en la Quemita pero solo trotó, volverá a hacer fútbol mañana. Pese al mal momento, Lucas y su padre están bien.
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