9 septiembre 2024

Y bueno…. Otra vez me doy el lujo de transformar la previa en una nota redactada en primera persona, por más que a los grandes administradores de la página mucho no les guste  (un mimo, por las dudas, viene bien). Escribo estas líneas despegándome un poco de mi lugar de periodista gélido, y me ubico un en el lugar del hincha emocionado, por así decirlo.

Comienzo la antesala del partido de Copa de esta noche contándoles, en primer lugar, que por cuestiones laborales tuve la suerte de estar una semana en las hermosas calles de Florianópolis, Brasil. Ya lo sé, hasta ahora, te hice leer seis líneas de las cuales no te importa ninguna. Es que necesito contextualizar y darle un por qué a este tipo de previa.

Retomo con mi estadía en el país del fútbol porque fue allí donde me llevé una grata sorpresa. En una tierra de monstruos con tapones, de reyes sin corona pero con muchas copas doradas, en un sitio con tantos cracks y tanta historia,  hubo lugar para este Huracán. Así es. Porque en la semana de la Pascua uruguaya, cientos de charrúas llegaron a Brasil e inundaron las calles de camisetas negras y amarillas. Y entonces, ese fue mi momento para lucir la mía con la frente en alto, la camuflada, la del globo aerostático bordado en el pecho.

Claro, los comentarios no se hicieron esperar. Durante una semana no me hablaron de Neymar, ni de Ronaldo, ni de Ronaldinho tampoco. La mirada a veces cómplice, otras no tanto, iban acompañadas de frases como «que bien juega el Globo», «como nos ganaron», o la más repetida: «¡Que grande ese Wanchope, vo!

Ahí fue cuando abrí los ojos y me permití volver al pasado. Repasar todo lo vivido en tan poco tiempo, recordar épocas negras que han quedado tan atrás. Las cosas sucedieron tan rápido que no nos dimos cuenta de que nos sacamos ese traje inmundo de la lucha por el ascenso, y que volvimos a ser los grandes que siempre fuimos. Los reconocidos en el continente, los respetados. Porque cuando paseé la 10 de TBS por la Avenida das Nacoes, hasta un brasileño hincha del Inter de Porto Alegre, me miró y con el pulgar levantado, me gritó en un argenportugés: «VAMOS QUEMEIRO».

Disfrutemos. Disfrutemos porque el Palacio volvió a su reinado y su soberano se despertó con el objetivo de conquistar el continente. Disfrutemos porque hoy Huracán volvió a estar en boca de todos, recuperó su lugar,  y se infló para volar a escalas impensadas. Soñemos porque el techo se abrió y los límites de este viajes son sumamente desconocidos. Volvamos a confiar y a creer. A apoyar. Alentemos como siempre. Gritemos para que esta noche la garra no sea charrúa sino la nuestra, la de BARRIO, la de La Quema, la de Patricios.  Porque ahora, en los rincones menos inesperados de América,  nuestro escudo se ganó un lugar… ¡Tomá mate!

Síntesis:

Huracán: Marcos Díaz; José San Román, Martín Nervo, Federico Mancinelli, Luciano Balbi; Mauro Bogado, Matías Fritzler; Ezequiel Miralles o Mariano González, Daniel Montenegro, Alejandro Romero Gamarra;  Ramón Abila. Entrenador: Eduardo Domínguez.

Peñarol: Gastón Guruceaga; Matías Aguirregaray, Carlos Valdez, Maximiliano Olivera, Diogo Silvestre; Nicolás Albarracín, Marcel Novick, Nahitan Nandez, Diego Forlán; Cristian Palacios y Miguel Murillo. Entrenador: Jorge Da Silva.

Árbitro: Omar Ponce (Ecuador).

Hora: 19.30

Transmite: Fox Sports y El Ojo del Huracán (AM 1090).

 


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